jueves, 25 de septiembre de 2014

Mi experiencia con: Relajación creativa

Hace unos años, creo que siete en total, no sé si el número es importante, pero dejémoslo en siete, me inicié en la relajación creativa. Y como todas estas cosas, más por necesidad que por gusto. En esa época tenía un trabajo en el que tenía que madrugar muchísimo (las seis de la mañana) y ya estaba trabajando a las 6:45 (sí, nada más que me vestía y salía de casa, desayunaba en el trabajo) y sufrí una época de insomnio. Para mí es importante explicar ésto, porque siempre he sido más bien del tipo A, es decir, un poco cuadriculada y a la que le gusta tenerlo todo bajo control. Y dormir bien, es un placer. Bueno, pues el tener que madrugar tanto, me descolocó el horario bastante. Con el fin de dormir mis 7-8 horas, a las 10 me metía en la cama, y según ponía un pie debajo de las sábanas, ya estaba pensando: "en ocho horas me tengo que levantar", o "en 7 horas 45 minutos ya estoy en el autobús camino del trabajo". Sí, ya sé que muy bien de la cabeza no estoy, o no lo estaba, porque yo misma me di cuenta de que así no podía seguir. Sobre todo, cuando tuve esa época en la que me costaba dormir y mantenerme dormida, sobre todo por el miedo a quedarme dormida y llegar tarde al trabajo (en tres años reconozco que me pasó una vez).


cita frase insomnio



Que quede por delante que admiro a la gente con turnos de trabajo no ordinarios: policías, médicos de urgencia, en aeropuertos, etc. Pero a mí me volvía loca ese horario. Ni siestas ni nada compensaban las malas noches que pasaba. 



Así que un buen día me decidí que ya estaba bien de tanto agobio y me apunté a un curso de relajación creativa. Me lo recordó mi madre (la mamma, que aunque no es italiana tiene esa presencia de madre redonda, que no por sobrepeso, que todo lo sabe y todo lo puede), pues ella ya había hecho el curso unos años antes. Eran dos días a la semana, dos horas cada vez, durante un período de cinco semanas (creo recordar). En la Escuela Granada en Madrid. Y esos lunes y miércoles fueron los días que mejor dormí en años. 

Lo primero que aprendí es que no hay que subestimar el poder de la mente, y ya sólo por el nombre del curso, relajación creativa, me entra sueño. Aunque yo llegué al curso por una necesidad de dormir, en realidad, está indicado para aprender a relajarse, tanto física como mentalmente. Es un método que te anima a hacer una introspección y en el que te enseñan a usar la imaginación en beneficio propio.

El método consta de dos partes: en la primera, aprendes a relajarte físicamente. Normalmente, y gracias a este estilo de vida tan sano y nada estresante que llevamos, la tensión se acumula y manifiesta en varias partes del cuerpo: se aprietan las mandíbulas al dormir, tensión en cuello y hombros, dolor de espalda, estómago, úlceras, etc. También hay problemas en la piel, o tics nerviosos. Osea, un chollo para el que los sufre. 

Por eso es necesaria esta primera parte, al relajación física, necesitamos distinguir esos focos de tensión en el cuerpo y saber cuándo estamos relajados. No voy a aburriros con el proceso, pero si practicáis yoga o meditación, es algo parecido. 

No sé vosotros, pero yo no soy muy capaz de dejar la mente en blanco. Eso de "relájate y deja tu mente en blanco", tan normal en algunas clases de yoga, es como darme carta blanca para que mi mente se llene de pensamientos. ¿Cómo se aprende a no pensar en nada? Para darse esa orden ya tienes que pensar en algo, ¿no? ¿Soy la única que le da vueltas a esto?

Lo que me gusta de este método, es que tanto para relajar tu mente como tu cuerpo, te centras en dar órdenes de relajación. Bueno, en realidad es un poco más complicado que esto, para la parte del cuerpo, concentras tu pensamientos en sentir cómo están diversas partes de tu cuerpo. ¿Cómo están las piernas? ¿en tensión? ¿ Y los brazos? Debes de notarlos relajados, sin tensión. Igual que la cabeza, sin apretar la mandíbula, etc. Otra fórmula es la clásica de apretar los músculos y después relajarlos, así aprendes a diferenciar ambos estados. 

Para la parte de la relajación mental, lo que se hace es imaginar ciertas cosas, que te van a ayudar a sumirte en un estado más tranquilo. Para mí, esto es clave, como mi mente no es capaz de quedarse en blanco, y por supuesto, cuando se lo ordenan lo primero que hago es pensar en todas las cosas pendientes que tengo que hacer, lo que de verdad me ayuda es pensar en "otras cosas". Estas "otras cosas" son imágenes dirigidas: es un ambiente de la naturaleza en el que te sientas cómodo, que te relaje. Por ejemplo, un río en el campo, el sonido del agua, la hierba meciéndose con el viento, el olor de los pinos. Si te imaginas caminando por el campo, sumergiendo los pies en ese río, el agua fresca que moja tus dedos. 

Esta es la primera parte del "viaje", es decir, si lo que buscas es aprender a relajar cuerpo y mente, ya lo tienes hecho. Pero a partir de ahí, hay otras opciones. Puede usar tu imaginación, para mejorar aspectos de tu vida que no te gusten o que quieras mejorar. Sirve para dejar de fumar, aumentar el rendimiento en los estudios, controlar ciertos hábitos, autocuración, etc. Para la gente más o menos escéptica, esto puede sonar a risa, pero yo creo que gran parte del éxito de cambiar está en la confianza que nos tenemos cada uno. Vamos, el eslogan americano de toda la vida, el de creer es poder.

Aunque al principio de empezar con el método sí que llegué a todas las fases del proceso, reconozco que ahora mismo me he quedado sobre todo con la parte de la relajación exclusivamente física. Pero tras este post me entran ganas de recordar el método al completo. 

Para los interesados, hay un libro que lo explica todo con mucha claridad y se puede seguir sin necesidad de asistir a los talleres. El libro se llama Relajación creativa. He puesto el link de Amazon, por si queréis echarle un vistazo, pero no me llevo un duro si alguien lo compra o va al centro. Además, el libro viene con un CD (sí, siguen existiendo). Esto me recuerda a un capítulo de la serie Friends, en el que Chandler quiere dejar de fumar y Rachel le deja una cinta de hipnosis. 
Os dejo el vídeo, para acabar con una sonrisa hoy. 




¿Habéis probado un método parecido para aprender a relajaros?
¿Qué os funciona?



   

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© María sobrevive a la treintena
Plantilla original de Maira Gall || Adaptada por María sobrevive a la treintena